Reinaldo Rodríguez Santana
Durante los meses de marzo y abril del 2023 participó como artista residente Reinaldo Rodríguez Santana (1953), artista y artesano que vive y trabaja en Mayagüez. Trasladamos gran parte de su casa/taller a San Juan 721 donde se alojó, exhibió, organizó talleres y continuó con su producción artística durante cinco semanas. Como parte de su residencia organizamos una muestra de su trabajo, un comedor el cual incluyó la participación del Equipo del músico Héctor Vainilla Ramírez del Laboratorio de Investigación Artística Histórica y dos talleres como parte de la programación pública del Programa Iván Illich. Uno fue un taller de bolas de papel, el otro un taller de esculturas de alambre.
Antonio Martorell visitó la residencia de Reinaldo Rodríguez junto al equipo de producción de WIPR. Allí grabaron una entrevista que se transmitirá en el programa En la punta de la lengua.
The Harbor es un programa de residencia que funciona solo por invitación. En estos años está concentrado en participantes en Puerto Rico, o que estén haciendo un proyecto aquí. Desde The Harbor se plantea todo el archipiélago puertorriqueño como base de trabajo e investigación.
Fotos por Thais Llorca
Autorretrato asistido, 5 minutos, 2024.
Como parte de su residencia también se comisionó este video ensayo, el cual fue hecho por el cinematógrafo Jochi Melero Muñoz.
El retrato de Reinaldo se multiplica en infinitas celdas que repiten las variantes de su personalidad. Al definirse como un artista de la intranquilidad deja ver que hereda esa remota forma de la jiribilla. Mayagüezano de nación y estación, Rei se planta en el espacio de los mercados de las artes populares desde una convicción política que apuesta a la libertad en la expresión. Sus máscaras escultóricas rebasaron los límites del campo vinculante con lo folclórico y tradicional.
Explorador de su contexto, su impulso creativo se activa ante los materiales disponibles y en ese proceso coquetea con el arte povera. Las melenas de hojas de palma de su región oeste enmarcan los cocos secos tallados y recubiertos con colores. Con esas esculturas Reinaldo definió otro territorio dentro del universo de los mercados artesanales.
Su estado de alerta es evidente en esa arena del trabajador, siendo testigo y agente de impulsos para sacudir el tono adormecido en esos espacios. El artista Rei reconoce con firmeza que no pasó por la academia. En diálogo sobre sus principios afirma su buen talante con el sentido de juego en las dinámicas de trabajo y búsquedas de salidas a su expresión. Arrojado a eso asume los riesgos que reconoce, como guerrero urbano, de adelantar los pasos y aceptar los desaciertos. La educación en el arte es un proceso de vida y las faltas se aceptan como pasos irreversibles en una sedimentación firme que sostiene el aliento creativo. En su afán de mover los horizontes que limitan el arte hace un giro y se adentra en la pintura y la construcción.
Una mirada a su producción por los pasados cuarenta años revela una preferencia por el lenguaje moderno que se inspira en las formas primarias de las antiguas culturas del continente africano filtradas por artistas vinculados con la cultura mediterránea. Rei dice que a veces, quizás muchas veces se lanza al proceso de pintar sin ideas, en eso demuestra el arrojo del que prefiere los riesgos en los juegos y vive para los descubrimientos. La sabiduría que se fomenta con el tiempo no es fuerza delimitante, ante eso su energía de vitalidad iniciática domina en el acto de hacer para ser. Sin proponerlo Reinaldo fluye y construye un universo que lo define fugazmente pues a uno puesto y otro quitado, su energía interna y su inconformidad borra su contorno para hacerse otro,
Un hombre político que exige una revolución desde un socialismo criollo que viabilice una sociedad justa y libre.
Humberto Figueroa Torres
9 de mayo de 2024